1 de junio de 2016
Turismo y posconflicto
Durante más de 5 décadas se han intentado numerosos acuerdos de paz, que han buscado acuerdos políticos para cesar un conflicto armado en nuestro territorio, por demás cruel, fratricida e inútil.
Durante más de 5 décadas se han intentado numerosos acuerdos de paz, que han buscado acuerdos políticos para cesar un conflicto armado en nuestro territorio, por demás cruel, fratricida e inútil.
Los saldos sociales de esta guerra han sido la marginalidad, el desplazamiento forzado, la pobreza y la pérdida de oportunidades para vivir con dignidad y armonía.
Los territorios que han vivido el conflicto han sido espacio en disputa entre guerrilla, paramilitares y delincuencia criminal.
Esta degradación se refleja en la presencia de las denominadas “bacrim” en buena parte del territorio nacional, según el informe “Bandas Criminales, la amenaza para la paz” (Fundación Paz & Reconciliación, 2015, p. 3): “estas bandas criminales tienen presencia en 27 departamentos y se ha registrado actividad en 275 municipios de Colombia, muchos de ellos municipios de focalización para el postconflicto”.
Por tanto, estos territorios denominados “en conflicto” no han logrado un desarrollo productivo incluyente en el que las comunidades locales sean beneficiarias de actividades económicas formales y legales.
Paradójicamente estos territorios tienen enormes potencialidades turísticas en atención a su exuberancia natural y cultural, verbigracia La Macarena, Tayrona, Urabá, Montes de María.
En consecuencia, el posconflicto será una excepcional oportunidad para estos territorios y las comunidades locales para desarrollos turísticos incluyentes, participativos y responsables ambientalmente.
Bibliografía:
Fundación Paz & Reconciliación. Bandas Criminales, la Amenaza para la Paz.2015. Bogotá, DC