5 de diciembre de 2017

Ser voluntario en épocas de reconciliación

En Colombia hace más de un año tenemos un Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. Recientemente, la Corte Constitucional dio vía libre al Acto Legislativo 01 de 2017, que crea el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, compuesto por la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos. Fueron 7 votos a favor y ninguno en contra, el Senado. Así las cosas, uno se pregunta ¿qué puede hacer el ciudadano para aportar a la paz?

En Colombia hace más de un año tenemos un Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. Recientemente, la Corte Constitucional dio vía libre al Acto Legislativo 01 de 2017, que crea el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, compuesto por la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos. Fueron 7 votos a favor y ninguno en contra, el Senado. Así las cosas, uno se pregunta ¿qué puede hacer el ciudadano para aportar a la paz?

En principio, se requiere que todos seamos parte activa del sueño de paz de muchos colombianos. Quizá hacer frente a esas categorías que avalan una diferenciación que distancia y encontrar esa serie de semejanzas que hay entre los ciudadanos. Que con las artes, las tradiciones y, en general, la idiosincrasia que tenemos logremos rehacer el tejido social en todos los rincones del territorio colombiano, tan afectado por el conflicto y la desigualdad.

Una posibilidad concreta para aportar a la construcción de paz es ofrecer parte del tiempo que tenemos para compartir con aquellos que han sido vulnerados y son vulnerables. Encontrarnos no solo con personas que habitan territorios remotos, sino con quienes están más cerca: los vecinos, con el fin de redescubrirnos, de manera individual y comunitaria.

La realidad es que el voluntariado apela a tender puentes y desvanecer fronteras físicas y simbólicas. No en vano, desde la Organización de las Naciones Unidas se considera que el voluntariado “es una fuente fundamental de fortaleza, resistencia, solidaridad y cohesión social en las comunidades, y puede contribuir al cambio social positivo” (Ban Ki-moon, 2007). Por eso, la Asamblea General de la ONU declaró el 5 de diciembre como Día Internacional del Voluntario, mediante resolución 40/2012 del 17 de diciembre de 1985. Desde entonces, en el mundo se reconoce el poder del voluntariado para promover la paz y el desarrollo. El 5 de diciembre es un día para rendir homenaje a quienes donan parte de su tiempo para transformar la vida de las personas y la propia.

Esta experiencia no es ajena a la realidad externadista. Desde hace cuatro años, la comunidad de ésta alma mater participa en el Programa de Voluntariado que si bien nació en la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales hoy se extiende a los estudiantes de todas las facultades. Es más, hoy se erige como el proyecto bandera para trabajar con infancia y adultos mayores en el Plan de Intervención del barrio Egipto de la Universidad Externado de Colombia. Para ello también se cuenta con el apoyo profesional de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, la Facultad de Administración, la Facultad de Educación y la Biblioteca de la Universidad.

Dentro de dicho programa se ha creado el proyecto “Conocer dejando huella”, que buscar brindar refuerzo socio-cultural y desarrollar actividades lúdico-pedagógicas, vinculadas con la promoción de la lectura y la escritura, para los niños y las niñas del barrio Egipto, ofreciéndoles una alternativa para aprovechar su tiempo libre. Del mismo modo, con el proyecto se hace un acompañamiento a los adultos mayores, con la intención de mejorar la salud mental y emocional de esta población.

De hecho, el voluntariado es un elemento presente en todas las culturas y las sociedades, por eso los estudiantes de intercambio que llegan al Externado se sumergen en este tipo de experiencias multiculturales que les permiten disfrutar la otra Colombia. Una más social, que logran articular con los contenidos académicos que se ofrecen desde las 11 facultades con que cuenta la Universidad. También los estudiantes nacionales desarrollan nuevas habilidades que les permiten formarse como profesionales con carácter para enfrentar el mundo laboral y con una visión más humanística, desde un enfoque colaborativo que es lo que requiere el país en este momento de posacuerdo.

Con “Conocer dejando huella” la Universidad ha logrado articulación con la Casa de la Juventud Jaime Garzón, la Fundación Buena Semilla, el ancianato La Divina Providencia, Reingeniería de Corazones-Redcuna y el Proyecto Casa B para brindar alegría a cerca de 500 niños, niñas y adultos mayores de esta parte del centro de Bogotá. Para ello fue necesario el desarrollo de un protocolo de acción para el voluntariado que incluye un proceso de selección, capacitación y sistema de gobernanza para el trabajo en la localidad. De esta manera, se ha planteado como el modelo de planeación y atención en terreno que hará sostenible pedagógicamente la nueva biblioteca infantil en Egipto, que abrirá sus puertas en 2018 en comodato entre la Universidad Externado de Colombia y la iglesia de Nuestra Señora de Egipto.

Si bien en “Conocer dejando huella” los voluntarios aprovechan su tiempo libre en las tardes de los martes, miércoles y jueves, para compartir aventuras de personajes literarios y jugar con los chicos y chicas del barrio o para leer en voz alta a las abuelas poemas y cartas; el Programa de Voluntariado también se extiende a otras organizaciones de la sociedad civil que operan en otras localidades de la ciudad de Bogotá. El programa es bastante nuevo, pero se robustece  con las experiencias de cada uno de los estudiantes que participa. Cada uno tiene miradas propias de acercamiento a las situaciones y problemas del territorio, y las motivaciones logran ampliar los alcances de la capacitación que reciben en la Universidad.

Pueden ser actividades pequeñas o grandes, pero la disponibilidad de tiempo, la solidaridad y el altruismo que despliegan los voluntarios hace que, como estudiantes, sean propositivos y se empoderen en el quehacer diario. Es una manera de aplicar el pensamiento crítico que es uno de los valores agregados del liberalismo radical. De este modo, se logran fomentar sociedades inclusivas en donde el respeto a la diversidad, la igualdad y la participación sea el día a día.


Referencias
Ban Ki-moon, 2007. “ONU destaca labor indispensable de voluntarios en todo el mundo”, en Centro de Noticias ONU.