27 de septiembre de 2016

El nuevo rol del turismo

El turista está cambiando: sus intereses, actuaciones y motivaciones no son los mismos de antes. En 1994, Aulianna Poon argumenta que el turista ya no solo busca descanso y relajación y que está cansado de las ofertas estándares; Weller en 1992 lo llama una revolución del turismo (citado en Causevic, 2008). Frochot & Batat (2013) dibujan una línea entre los turistas de la modernidad y los turistas de la postmodernidad; el modernismo está marcado por la racionalidad con elementos como la ciencia, la estabilidad, la rigidez, el progreso y los constructos analíticos.

¿La gente visitaría estos lugares en postconflicto? ¿Qué esperan de ellos? ¿Qué buscan? Son preguntas a tener en cuenta en el desarrollo del turismo en destinos en postconflicto.

El turista está cambiando: sus intereses, actuaciones y motivaciones no son los mismos de antes. En 1994, Aulianna Poon argumenta que el turista ya no solo busca descanso y relajación y que está cansado de las ofertas estándares; Weller en 1992 lo llama una revolución del turismo (citado en Causevic, 2008). Frochot & Batat (2013) dibujan una línea entre los turistas de la modernidad y los turistas de la postmodernidad; el modernismo está marcado por la racionalidad con elementos como la ciencia, la estabilidad, la rigidez, el progreso y los constructos analíticos. Por el contario, el postmodernismo cuestiona los fundamentos de la modernidad como la razón, la ciencia y la racionalidad, basándose en las ideas de cultura, lenguaje, narrativa, flexibilidad y modos simbólicos (Firat & Venkatesh, 1995, citado en Frochot & Batat, 2013).

El nuevo consumidor se caraceriza por 5 comportamientos principales según Frochot y Batat: (1) responsable social y ambientalmente; (2) paradógico; (3) emocional en busca de memorias afectivas, sensaciones y simbolismos, para crear experiencias personales; (4) empoderado y competente y (5) co-productor (2013). El turista postmoderno, según Burns, busca una super-segmentación basada en calidad, tecnología y experiencia (2006, citado en Frochot & Batat, 2013).

Nos encontramos, entonces, ante una realidad según la cual el turista, más que descanso, busca experiencias; y los destinos de postconflicto ofrecen experiencias diferentes. Los turistas que visitan los lugares en postconflicto, quieren demostrar su conexión con la humanidad (Causevic, 2008). Según McNicol (2005) hay un segmento de mercado de personas, que quieren ser parte de una comunidad, sentir la vida real, hacer algo útil para la humanidad o simplemente descubrirse a sí mismos (citado en Causevic, 2008). Las personas “quieren aprender, escuchar, ver, ayudar, ampliar sus horizontes” (Causevic, 2008, p. 83)

Existen también los turistas que quieren viajar a estos lugares para imaginárselos en tiempos de guerra, inspirados por películas (Causevic, 2008) o aquellos enfocados en los fantasmas, las emociones o la nostalgia (Helbert, 1988; Singh, 2004 citados en citado en Causevic, 2008). Hay otro segmento de mercado, con personas que ponen en segundo plano la imagen del destino y están más interesados en los productos o actividades del lugar; con tal que el conflicto haya acabado, ellos estan dispuestos a viajar (McEniff, 1992, citado en Causevic, 2008). Estos turistas responsables y conscientes son los que necesitan los destinos en postconflicto. Es más, según Causevic, hay una demanda de turistas que buscan ambientes extremos e inusuales para crear increíbles experiencias (2008).

Estas nuevas carácterísticas de turistas van muy de la mano con el papel que se le quiere dar al turismo en los destinos turísticos en postcoflicto: Turismo Fénix (Causevic, 2008). Este turismo, basado en el concepto del doble enterramiento de Maurice Bloch (1982), encuentra su sustento en el renacimiento en los ritos funerales de la comunidad indígena de Merina en Madagascar, sin ser esta esta la única comunidad que practica el doble enterramiento.

El primer enterramiento se realiza inmediatamente después del fallecimiento de la persona y se realiza de manera individual con el nombre propio; este es un momento de dolor y tristeza. Después de cierto tiempo se realiza el segundo enterramiento, en el que se exhuma el cuerpo y se transporta a la tierra de los ancestros, para convertirlo en un ancestro eterno, sin nombre; este es un momento de felicidad y celebración. La tercera etapa es cuando el individuo se convierte en la herencia o patrimonio de la comunidad (Causevic, 2008).

Esto mismo se puede aplicar a los sitios que han sido fuertemente golpeados por historias de tragedia y violencia, en donde el turismo y el turista tienen un papel importante en el proceso que una comunidad debe vivir para enterrar su pasado sin olvidarlo y convertirlo en parte de su herencia.

 

REFERENCIAS

Causevic, S. (2008). Post-conflict tourism development in Bosnia and Herzegovina: The concept of phoenix tourism (Doctoral dissertation, University of Strathclyde).

 

Frochot, I., & Batat, W. (2013). Marketing and designing the tourist experience. Oxford: Goodfellow Publishers.