7 de noviembre de 2014

El futuro de la Cooperación para el desarrollo en Colombia: Los retos del 2015 y el postconflicto

En materia de cooperación internacional al desarrollo el país se enfrenta a dos grandes retos, uno internacional y otro nacional: en cuanto al internacional, al igual que la mayoría de Estados, Colombia está a la expectativa sobre cuáles serán los nuevos lineamientos en materia de cooperación que seguirán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, suscritos en la cumbre del milenio en el año 2000. Por otro lado, están los retos que, a nivel nacional, deberá enfrentar la Agencia Presidencial para la Cooperación Internacional (APC-Colombia)

En materia de cooperación internacional al desarrollo el país se enfrenta a dos grandes retos, uno internacional y otro nacional: en cuanto al internacional, al igual que la mayoría de Estados, Colombia está a la expectativa sobre cuáles serán los nuevos lineamientos en materia de cooperación que seguirán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, suscritos en la cumbre del milenio en el año 2000. Por otro lado, están los retos que, a nivel nacional, deberá enfrentar la Agencia Presidencial para la Cooperación Internacional (APC-Colombia) tras los acuerdos de negociación que se adelantan en La Habana.

Con el fin de debatir y analizar estos retos, la Especialización en Cooperación Internacional y Gestión de Proyectos para el Desarrollo programó, durante el mes de octubre de 2014, una serie de visitas de reconocidos especialistas en materia de cooperación internacional, quienes analizaron, junto con estudiantes y profesores, las transformaciones del sistema internacional de cooperación al desarrollo y sus retos en un futuro no muy lejano.

El primer evento contó con la participación del economista José Antonio Ocampo, quien trabajó como Secretario Adjunto para temas económicos y sociales del Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi-Annan, y quien también desempeñó altos cargos en organismos internacionales y públicos en el país. La visita del Dr. Ocampo se presentó en el marco del convenio suscrito entre la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales con el School of International and Public Affairs (SIPA) de Columbia University. Su cátedra magistral versó sobre la “Cooperación para el desarrollo en tiempos de crisis”, título del libro que editó junto con el economista y experto en materia de cooperación y desarrollo, José Antonio Alonso, de la Universidad Complutense de Madrid.

El segundo evento titulado “El futuro de la cooperación en Colombia”, fue un conversatorio dirigido por el profesor Rafael Grasa, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y Presidente del Instituto Catalán Internacional para la paz. Asimismo, participaron integrantes del equipo docente del programa de Especialización del Externado, como la profesora María Claudia Romero Amaya, directora de la Maestría en Responsabilidad Social y Sostenibilidad así como de la Especialización en Responsabilidad Social Empresarial y el docente-investigador Javier Garay, candidato a Doctor en Ciencia Política de la Université Paris-Est Marne-la-Vallée y experto en temas de cooperación interancional.

Durante el desarrollo de ambos eventos, los conferencistas reconocieron que la efectividad de la ayuda sigue siendo objeto de largos debates, encuentros como el “Cuarto Foro de alto nivel sobre la eficacia de la ayuda”, realizado en Busan (Korea) en 2011 y la “Primera reunión de alto nivel de la alianza global para la cooperación eficaz al desarrollo”, México 2014.

Parte de las trasformaciones que sufre hoy en día la cooperación internacional al desarrollo, son producto de los cambios generados en el campo de las relaciones internacionales; esto es, la reconfiguración de la agenda internacional en la cual toman relevancia aquellos temas que tienen que ver con el poder suave o blando de los Estados (medio ambiente, desarrollo, derechos humanos, entre otros).

Las transformaciones en la agenda internacional están acompañadas del surgimiento y fortalecimiento de nuevos actores. Además de los Estados, en el sistema internacional y en el sistema de cooperación al desarrollo, se cuenta hoy con una presencia activa de las Organizaciones de la Sociedad Civil, no solo como una voz que reivindica derechos sino como un actor que pone en marcha proyectos y ejecuta recursos. Así mismo, el sector privado ha tomado un protagonismo importante: mediante lo que hoy se conoce como inversión social privada, se convierte en un cofinanciador –al lado de la cooperación internacional– en los procesos de desarrollo social de comunidades.

Estos nuevos actores, heterogéneos, múltiples e interdependientes, han adquirido un rol importante al cuestionar la manera como los Estados han concebido y desarrollado sus lineamientos en materia de cooperación, que hoy traspasan la arena de lo político y permean el plano de lo económico y de lo social.

Los procesos de toma de decisión en materia de cooperación internacional se enfocan hacia nuevas modalidades que no sólo involucran recursos económicos sino, tal como destacan ambos profesores, se fortalecen a través de la cooperación técnica, el intercambio de experiencias y de buenas prácticas a nivel regional, privilegiando los procesos de integración.

Por su parte, Colombia busca un mayor espacio de acción en el plano regional, pretendiendo ser un líder en materia de cooperación Sur-Sur (CSS), una estrategia que podría permitirle fortalecer prácticas y lograr un mayor posicionamiento en la región. La CSS, según Ocampo, se debe basar en los principios de solidaridad, respeto por la soberanía nacional y sus acciones deben estar libres de cualquier tipo de condicionalidad.

Sin embargo, en Colombia se presentan dos inconvenientes: uno, la necesidad de lograr una mayor dinámica en el uso de esta modalidad debido a que otros países del “sur” como China, Brasil o Venezuela han sabido enfocar mejor sus objetivos y han logrado una mayor incerción económica y política con países de su interés. El segundo inconveniente es la ausencia de una diferencia clara entre los conceptos de “cooperación económica” y “cooperación internacional para el desarrollo”. Entender los alcances de cada una, las acciones que implican y los intereses que las motivan es fundamental para generar un mayor alcance de los objetivos de cada una de ellas.

En términos generales la cooperación internacional debe enfrentarse a tres objetivos claros, señalados por Ocampo: el primero de ellos hace referencia al manejo de la interdependencia, en la cual hay demandas diferentes que requieren de la cooperación; un ejemplo de ello está relacionado con la provisión y manejo de los Bienes Públicos Globales; en segundo lugar, a través de la cooperación internacional se busca incentivar la promoción de estándares básicos de bienestar para construir ciudadanía mundial. Por último, se deben corregir las asimetrías que caracterizan el sistema económico mundial para garantizar una igualdad soberana. En este sentido, la cooperación es un instrumento que se podría utilizar para corregir los males públicos puros, aquellos que nos afectan a todos, como por ejemplo el cambio climático.

Por su parte, el profesor Grasa señaló algunos de los retos a los cuales se deberá enfrentar Colombia en los próximos años. El país debe prepararse mejor en materia de cooperación y establecer cuáles serán sus prioridades. Uno de los temas más complicados es el de la financiación del postconflicto. Esta situación implicará explorar mecanismos que no sólo involucren ayuda internacional; la financiación vía impuestos, las regalías, una mayor inversión extranjera, el dinamismo que se le pueda dar a la actividad económica, son temas de la agenda nacional que tendrían que ocupar de manera prioritaria a los gobernantes. Ahora, una inversión de largo plazo y de fondo en el sector de la educación parece condición indiscutible para superar los rezagos del conflicto.

Una de las conclusiones a las cuales se llegó en ambos eventos fue que, sin lugar a dudas, en la última década la cooperación internacional al desarrollo se ha venido trasformando. Sin embargo, esos cambios no han sido suficientes; el debate académico y político llevan necesariamente a contestar, o al menos a aproximar respuestas encaminadas a analizar hasta qué punto están listos los cooperantes y los receptores locales para responder a los desafíos que supone un escenario de postconflicto, o hacia dónde se encamina la cooperación en Colombia, ahora que quiere perfilarse también como oferente.

El profesor Grasa concluyó su conferencia señalando que la cooperación internacional al desarrollo está en crisis, pero puede considerarse, según el proverbio chino, un peligro o una oportunidad de cambio. Todo se da para que represente un cambio, que requerirá de tiempo, mayor financiación y compromiso por parte de todos los actores involucrados.