28 de julio de 2016
Conflicto, memoria y turismo
La memoria es un fenómeno social. La memoria colectiva es siempre construida en sociedad. De esta manera, se debe crear la memoria del conflicto. Pero ¿cómo el turismo puede hacer parte de estos territorios en postconflicto? ¿Cómo puede darse un turismo en lugares que son asociados con muerte, miseria, violencia, destrucción, conflictos o guerras?
La memoria es un fenómeno social. La memoria colectiva es siempre construida en sociedad. De esta manera, se debe crear la memoria del conflicto. Pero ¿cómo el turismo puede hacer parte de estos territorios en postconflicto? ¿Cómo puede darse un turismo en lugares que son asociados con muerte, miseria, violencia, destrucción, conflictos o guerras?
El turismo, más que una actividad, es un fenómeno social, cultural y económico, creado por el movimiento de personas (OMT, s.f.). Puede ser únicamente una fuente económica, un elemento de transformación social (Causevic & Lynch, 2011) o un elemento político (McDowell, 2008); depende de la manera como se busque desarrollar, los actores que intervengan, los objetivos o las intenciones que se motiven.
En los últimos años se ha venido desarrollando un interés en los turistas por conocer o visitar estos lugares de violencia y guerras, lo que se ha llamado Turismo Negro o “Dark Tourism” (Lennon & Foley, 2000, citado en Robb, 2009). Definido por Stone (2005) como “el viaje o la visita a lugares donde han sucedido atrocidades de masas, donde el sufrimiento humano ha sido innombrable y donde la muerte todavía está presente” (citado en Simic, 2009). Igualmente, Tarlow (2005) lo define como “la visita a lugares en dónde han ocurrido muertes históricamente importantes y que siguen afectando nuestras vidas” (citado en Simic, 2009).
En este punto, los medios de comunicación son de gran importancia, porque son ellos los que difunden las imágenes y las historias que se conocen a nivel mundial sobre los conflictos y los hechos violentos que ocurren en los territorios. Stone y Sharpley (2008) argumentan que la “sociedad contemporánea consume, voluntaria o involuntariamente, a través de los medios de comunicación la muerte y el dolor mercantilizado” (citado en Simic, 2009). Este lado oscuro del turismo es ratificado por Lennon y Foley (2000) quienes dicen que “el horror y la muerte se han establecido como mercancías a la venta a los turistas con un apetito por los elementos más oscuros de la historia de la humanidad” (citado por Simic, 2009).
Este turismo se ha dado en lugares como la Zona Zero de Nueva York, Auschwitz, Polonia, Vietnam, Berlín, Bosnia & Herzegovina (Volcic, Erjavec & Peak, 2014), todos lugares con pasados de guerra y violencia, recordados a nivel mundial y que han sido marcados por estos hechos.
En algunas ocasiones, el turismo en estos lugares se ha realizado por la ganancia económica ocasionada, pero no con el fin de generar entendimiento en las personas que los visitan; simplemente recrean lo que se ve en la televisión (Volcic, Erjavec & Peak, 2014) y banalizan la historia y los hechos ocurridos, al igual que sus consecuencias.
De hecho, el turismo juega un papel muy importante en la manera cómo son recordados los espacios traumáticos, y cómo son interpretados, local y globalmente (Volcic, Erjavec & Peak, 2014). Una crítica constante que se hace al turismo negro es la simplificación de la historia contada a los turistas para que esta se adapte a la experiencia turística. En muchos casos la ‘turistificación’ de estos lugares crea cuestionamientos sobre la trivialización y el desprendimiento histórico (Volcic, Erjavec & Peak, 2014).
El turismo también puede vender el conflicto con fines políticos, como es el caso de Irlanda del Norte, analizado por Sara McDowell (2008), en dónde los guías turísticos interpretan la historia de acuerdo con sus intereses políticos. En este caso, los turistas no obtienen una visión multidimensional del conflicto, sino una interpretación subjetiva de lo ocurrido; en vez de ayudar a mejorar las relaciones en una comunidad, se refuerzan las políticas territoriales (McDowell, 2008).
A pesar de la existencia del turismo negro como una tipología de turismo en la sociedad contemporánea y de la imagen de simplificador de la historia o de promotor las ideologías políticas de ciertos grupos, algunos autores como Senija Causevic y Paul Lynch (2011) ven en el turismo un elemento para la “normalización de las relaciones sociales después de un conflicto” (Causevic & Lynch, 2011) y, también, como parte del proceso de renovación social. Este turismo es llamado turismo fénix o turismo de renovación, que va más allá de una tipología: es el papel dado al turismo en los territorios con pasados oscuros y que ayuda a la transformación social en el postconflicto.
REFERENCIAS
OMT (s.f.). Entender el turismo: Glosario Básico. http://media.unwto.org/es/content/entender-el-turismo-glosario-basico.
Causevic, S., & Lynch, P. (2011). Phoenix Tourism: Post-Conflict Tourism Role. Annals Of Tourism Research, 38(3), 780. doi:10.1016/j.annals.2010.12.004
McDowell, S. (2008). Selling conflict heritage through tourism in peacetime Northern Ireland: transforming conflict or exacerbating difference?. International Journal of Heritage Studies, 14(5), 405-421.
Robb, E. M. (2009). Violence and recreation: Vacationing in the realm of dark tourism. Anthropology and Humanism, 34(1), 51-60.
Simic, O. (2009). Remembering, visiting and placing the dead: Law, authority and genocide in Srebrenica. Law Text Culture, 13, 273.
Volcic, Z., Erjavec, K., & Peak, M. (2014). Branding Post-War Sarajevo: Journalism, memories, and dark tourism. Journalism Studies, 15(6), 726-742.
Winter, T. (2008). Post‐conflict heritage and tourism in Cambodia: The burden of Angkor. International Journal of Heritage Studies, 14(6), 524-539.