6 de febrero de 2015
Auge y dinamismo del sector de la hotelería en Colombia
Es una realidad que el sector de la Hotelería experimenta un gran dinamismo en Colombia en la actualidad. Ejemplo de ello son movimientos como la compra de la cadena Hotelera NH a Hoteles Royal; la entrada de la chilena Atton al país con la adquisición de dos hoteles en Bogotá y la compra de la cadena Decamerón por parte del grupo Terranum.
Es una realidad que el sector de la hotelería experimenta un gran dinamismo en Colombia en la actualidad. Ejemplo de ello son movimientos como la compra de la cadena Hotelera NH a Hoteles Royal; la entrada de la chilena Atton al país con la adquisición de dos hoteles en Bogotá y la compra de la cadena Decamerón por parte del grupo Terranum.
Además, hemos visto la incursión de nuevas firmas internacionales como Starwood con su marca W; Marriott, con su línea Autograph Collection; Hilton con su distintivo Hampton y Wyndham con Tryp, entre muchas más, lo que también ha llevado al fortalecimiento y crecimiento de marcas locales como GHL, Cosmos, Estelar, Germán Morales y la aparición de algunas nuevas.
Se espera que este dinamismo se mantenga en los próximos años en Colombia; no será una sorpresa escuchar de nuevas entradas de marcas internacionales, fusiones y adquisiciones, así como del crecimiento y surgimiento de las locales. Todo ello se atribuye a diferentes factores: para algunos, la explicación hay que buscarla en los beneficios tributarios que ofreció el gobierno, hace ya varios años, para fomento de inversión en hotelería; sin embargo, existen muchos más motivos, especialmente los que tienen que ver con las perspectivas económicas del país, que han llevado a que grandes inversionistas locales como Sarmiento Angulo, el Grupo Santodomingo, o la familia Gilinski le apuesten a este sector, y que marcas internacionales sigan viendo a Colombia como un lugar estratégico.
El crecimiento de la oferta hotelera en el país debido a las mejores circunstancias anotadas, ha conducido a que en el sector se escuche frecuentemente una queja: “no hay gente para tanta cama”. Sin embargo, este podría ser un juicio apresurado, si se tienen en cuenta, por ejemplo, los índices de ocupación hotelera del país, que divulga el DANE, en su muestra mensual de hoteles. Según estos, la ocupación del sector en los últimos 4 años se ha mantenido, a pesar del ingreso permanente de nuevas habitaciones.
La demanda también ha crecido: el año pasado se habló de más de 2.500.000 extranjeros no residentes que visitaron a Colombia en los primeros tres trimestres del año 2014. De ahí que es preciso cuestionarnos el postulado de que “no hay gente para tanta cama”. No obstante, se debe mirar el caso particular de cada hotel, de cada ciudad, de cada zona.
En términos generales el sector de la hotelería está pasando un buen momento de inversión, tanto en proyectos de turismo vacacional como de negocios. Este crecimiento se ha concentrado en las principales ciudades como Bogotá, para el caso de hoteles de negocios y Cartagena para el área de turismo. Y ya se empiezan a visualizar crecimientos de las inversiones en Medellín, Barranquilla y Santa Marta, Bucaramanga y Yopal que en los últimos años han tenido una cantidad significativa de apertura de hoteles.
El dinamismo del sector hotelero, trae grandes beneficios al país, entre otras razones, por el alto número de empleos que genera. Además, lleva a Colombia a posicionarse como un destino cada vez más atractivo, tanto para el turismo corporativo como el vacacional, con una oferta variada de marcas y con estándares internacionales.
Sin embargo, el rápido crecimiento en cualquier tipo de industria y la llegada de nuevos jugadores, imponen grandes desafíos para los hoteles establecidos y por establecerse. Entre ellos está el de lograr identificar claramente los segmentos de mercado, nacionales e internacionales, y responder a sus necesidades específicas, así como modernizar la gestión, de acuerdo con estándares internacionales y procurar una mayor profesionalización en un sector que se ha caracterizado por el empirismo.
Finalmente, no debe sorprendernos ni asustarnos el crecimiento del sector ni el surgimiento de competidores. Colombia aún tiene mucho que dar en este sector.